Este 1 de julio entran en vigor nuevas políticas migratorias en la frontera sur de Estados Unidos, como parte de un esfuerzo federal por reducir los cruces irregulares.
Las medidas limitan el acceso al asilo para personas que no puedan demostrar al menos dos años de estancia legal en el país y permiten deportaciones inmediatas desde los puertos de entrada.
Aunque circulan rumores sobre un cierre total, autoridades han descartado esa posibilidad. Sin embargo, se ha reforzado la presencia de elementos militares en zonas estratégicas, incluyendo partes de Arizona y Texas.
En el Valle Imperial, donde miles de personas cruzan a diario por motivos laborales, escolares o familiares, estas restricciones despiertan preocupación. Aunque el tránsito fronterizo continúa, se anticipan mayores controles y demoras, lo que podría afectar la movilidad y el flujo habitual entre Calexico y Mexicali.
Nota por Austin Bueno
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